viernes, 27 de junio de 2008

Un día de campo




Y yo por fin convencida me dejo traer a tu mundo hecho de margaritas más tres amapolas que yo, egoísta, deseo vulnerar.


Y de repente recuerdo que yo ya he estado aquí y que mi memoria traicionera de fantasía me lo ocultaba.


Yo ya he paseado por esta Gaia de manos amigas que me vuelven a abrazar, convencidas por un poema que fue capaz de hablar por mí y por mis torpes intentos, por mí y por mis pobres palabras.


Y yo borré de un plumazo un pasado que hoy recupero de tu mano.


Y en mi ahora yo me siento por tu amor sin limites.


Nunca sabré como tu alma ha entendido mi noche...




Y reconfortada por un amor nuevo y por mil amores antiguos de ojos que lloraron conmigo me doy cuenta en este ahora que no tengo que esperar a que llegue la muerte para encontrarme en el cielo.





No hay comentarios: