martes, 23 de septiembre de 2008

Te doy hasta las 2

Acompaño a mi solete a la Escuela de Idiomas. Joder, qué envidia. Qué tiempos. Qué bonita y decadente a la vez.
Me cruzo con el jefe de estudios y le suelto una pregunta surrealista, mmm, perdona, ¿queda algún idioma suelto?
Ni se inmuta. Griego y árabe, me parece. Árabe! Qué interesante...me cuelo y paso de secretaría, en el despacho de la directora encuentro a la encargada, ¿podría entrar en árabe, por favor?
Con una cara de fastidio me mira, me dice, anda...toma, de primero, no? hasta las dos, te doy hasta las dos y porque eres muy educada....
Dicen que pasear bajo la lluvia es bonito, pero correr bajo ella ya es otra cosa muy distinta. Empapados vamos al banco, atravesando calles y sorteando paraguas, banco, foto (en el quinto carajo), estanco, sobre, sello, fotocopia, solicitud. Vuelvo empapada en sudor y le doy todo. Muy bien, empiezas esta tarde, a las cinco y media.
Interesantísimo, cuanto menos...hablamos de términos erróneos, de malentendidos, de sutilezas. Nos prohíbe el boli. Y gastarnos un dineral en libros...Vaís a escribir y leer en árabe de cine, en 14 días ( y la semana que viene me voy de vacaciones a Almería, mierda!, aunque localizadas a otras dos curradoras compinches de buenos apuntes y con los mismos problemas que yo me relajo...).

Pensar y escribir al revés. En árabe sólo hay dos formas verbales, explica, el presente y el pasado.

Qué irónico. Yo, que tanto miedo le tengo en realidad al futuro. Palabra y realidad indeseada por incontrolable. Terrorífica, cárcel, el vagar por las calles, el temblor, el vértigo.

Le daré la vuelta a las cosas, no tengo opción.

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