miércoles, 9 de mayo de 2007

La cárcel de sol





Hace un año que salí de la cárcel de césped verde y sol. Hace un año que me dejaron en libertad.
Por aquel entonces andaba obsesionada con esta canción y todavía aún ahora lloro aunque sea alegre. Porque en cada una de sus notas una niña muy asustada bailaba y se sentía pequeñita ante un mundo al que no podía hacer frente, que le venía grande. Puede ser terrible una realidad que la locura sueña.
Porque lo que todo el mundo no sabe es que cuando se está loca eres la más feliz de las personas. Porque lo que creas no tiene comparación con la vida real. Porque dibujas algo que es imposible que exista. Qué feliz era en la cárcel. Qué feliz. Qué feliz en la noche, qué feliz hablando con mi otro yo y mirando el cielo.
Y después oscuridad, después todo negro, después todo oscuro, después nadie está, después estás sóla. Después la luna manda, y cuando la luna quiere ser cruel..Y no respiras, de repente dejas de respirar y crees que te vas a morir, y por un momento te preguntas si hay algo que tenga sentido, y no hay absolutamente nada que lo tenga. NADA.
Después te preguntas cómo ha podido pasar todo. Después te preguntas por qué no estuvistes esperando en el aeropuerto. Por qué. Por qué todo atrás.
Pero ya hace tiempo que dejé la cárcel y aunque todavía el sol no es mi dueño resisto. Resisto como el metal más fuerte. Ahí sigo. Ahí estoy. Aquí estoy. Sí. Y no sé si quiero volver a ser tan feliz.

3 comentarios:

Diana L. Caffaratti dijo...

Betty:
He buscado durante muchísimo tiempo tu link, que de un día para otro, el que tenía anotado me llevaba a una página comercial.
Dentro de mis escasos conocimientos hice lo posible por reencontrarte, buscando cuanta Betty encontraba responsables de blogs.
Hoy, por estar recomponiendo mis links que hace un rato perdí, y revisando cada uno de los comentarios, desde el blog de Rafael Prieto (rafael p q) te redescubro.
No sé si es procedente para tí, pero quería saber...

Malena dijo...

Qué bueno es que puedas escribir estas palabras hoy, desde tu triunfo trabajado y perseguido, y cuánto me alegro de leerte, felicítate, saboréalo, es tuyo y de los que te ayudaron. Y sigue, sigue consiguiendo cada pasito, cada centímetro, cada minuto, fuerte, firme, ni un paso atrás.

Muchos besos y felicidades¡ Estás¡

Anónimo dijo...

Benditas cárceles si se quedan con lo que no deseamos y nos enseñan a vivir. Impresionante blog el tuyo, ¿dónde estabas?

Saludos