viernes, 4 de noviembre de 2011

Me encontraba...

...en un sitio totalmente desconocido para mí.

Estaba segura, había una puerta lateral, había una puerta lateral que yo podía abrir cuando quisiera. Estaba segura que podía salir de allí.

Había muchos hombres, muchos.

Me hice amiga de uno de ellos.

El me gustaba mucho. Era todo un caballero.

Varias veces durante la estancia en aquel lugar soleado, durante el desayuno, no permitía que, por aquello de las prisas, me quedara sin mi bollo. Así que, galante, me arrebataba el cuchillo para untar rapidamente el pan con aquella mantequilla, deliciosa.

Me gustaba aquel sitio.

Me levantaba tarde, y dada día era diferente. Genuinamente sorprendente.


Y nos daban chucherías, cada mañana, unas señoras de aspecto más bien triste. Más bien severo. No eran malas, cumplían su función, hacían su trabajo.

Un día descubrí...que no había puerta. Que el jardín apenas era hierba seca y sucia. Que mi amigo era un loco, y yo también.
Que me hallaba en la cárcel de sol.
Y que necesitaría de bettyylavida...para escapar de vez en cuando.


FIN DEL BLOG

Gracias a todos con los que me crucé y me enseñaron cosas.
Deciros que estoy bien. Solo que ya no me gusta mucho esta postura ante la vida, ni este blog.


Salud.