sábado, 16 de junio de 2007

Mis pasos

Llego al centro. Hace tiempo que no paseo en un día de sol y sigo mis pasos, curiosos y antojadizos. No pienso en nada. Observo a la gente pasear. Algunos van muy deprisa, intento adivinar qué tienen que hacer que es tan urgente que ni siquiera notan el sol que calientan sus cabellos, su frente, sus cejas...Realmente es triste...
Otros van desde luego a una cita. Se nota porque esquivan a los paseantes y alguna vez que otra observan el reloj. No corren pero tampoco pierden el tiempo, no sé si me explico. Sus pasos van encaminados a un objetivo.
Y nadie parece disfrutar del paseo hasta que me cruzo con él (si hubiera sido ella tanto igual). Él va como yo escuchando música (alguna vez leí o ví, no recuerdo muy bien, que era una forma de incomunicación generacional...pues sí, la verdad)- Pienso exactamente eso mientras me lo cruzo. Él me mira y me sonríe con la mirada. Hola igual...Yo, desconfiada, sí, paso y supero sus pasos, y sigo mirando al frente mientras pienso por qué reacciono así....
¡ah, sí!!! Ya recuerdo. Me lo cruzaba mil veces en mis años mozos...Él íba con ese grupito autosuficiente con sus códigos privados...Claro...
Hago mil cosas esa mañana mientras chancleo las calles y cuando voy calle arriba me lo vuelvo a cruzar. Decido ser más cortés. Al fin y al cabo han pasado muchos años y todo el mundo tiene derecho a cambiar. Lo miro y le sonrío abiertamente. Abro mi boca, enseño mis dientes pero él no parece tener interés. Me mira y me ignora.

Quizás no era mi igual paseando en la mañana y disfrutando la libertad. Quizás no.